“No existes si no tienes un sitio web”.
Lo primero que hay que hacer para comerse un elefante es rebanarlo, y dividirlo en trozos del tamaño de un bocado. Perogrullo, pero no tan simple. Por dónde empezar: por la trompa o el rabo? Por la cabeza o las patas?
Primera lección: no importa por donde empieces, lo importante es que lo hagas.
Así, voy a ir construyendo esta historia a partir de “retazos”, que luego agrupare en relatos mas o menos coherentes, con la esperanza que sean “digeribles”, como los bocados del elefante.
En tiempos digitales, y aun más, en tiempos de pandemia, nuestra existencia va más ligada a la presencia en la web, y en las redes sociales, que al pensamiento mismo. La antigua racionalidad de Pienso, luego existo, ha sido superada por Tengo una página web, por lo tanto existo. O lo que es igual a No existes si no tienes un sitio web. Así de simple en términos binarios.
Hace menos de un año, 8 meses siendo más exacto, cuando comenzó mi camino en R, esta afirmación me parecía una amenaza inaceptable, pero luego se convirtió en una motivación, y posteriormente en la pasión que me conduciría a llegar al punto de hacer mi propia página web.
Debo admitir que mi curva de aprendizaje del lenguaje R ha sido un proceso intenso, con innegables dificultades, siendo de “la tercera edad” y con inteligencia promedio, pero con satisfacciones, en mayor cantidad, que sobrepasan los contratiempos.
Esa es la razón que me obliga a documentar este camino, pero al mismo tiempo que sirva de espejo retrovisor en el examen continuo de la eficiencia del aprendizaje y hacer los ajustes correspondientes, así como también, y es quizás la parte más importante, para ayudar y estimular a otros que se inicien en el mundo de la programación, y particularmente en R.
Si alguien como yo, agrónomo, sin conocimientos previos y al borde de los 70 años, ha podido, cualquiera puede hacerlo!
Cuando comencé a descubrir el poder y el alcance del lenguaje R, y de su comunidad, caí en cuenta que R es lo más parecido al “te lo tengo”, en términos coloquiales venezolanos de esta durísima etapa.
R sirve para todo, y cuando digo TODO, incluyo la caída del cabello, la inflación monetaria, y la disfunción eréctil. Y no estoy exagerando!
Así que con un horizonte tan amplio, y con el tiempo limitado pues estoy jugando mi primera prorroga, uno tiene que obligarse a tener una ruta de aprendizaje lo más precisa posible. Como tampoco estoy cambiando de religión o sexo, solamente tratando de reconvertirme profesionalmente, no podía, ni debía olvidar que soy agrónomo, con más de 40 años de experiencia en diversas áreas, incluyendo investigación agrícola y agro negocios.
Después de mucha lectura y conversaciones, especialmente con mi hijo Rafael, entendí que dentro de la Ciencia de Datos, lo que mejor me cuadraba es el Análisis de Datos, paso previo a Inteligencia Artificial, para aplicarlo, por ejemplo, en la Resiliencia y Gestión Integral de Riesgos en Agricultura.
Ya con algo en el morral, y mucho entusiasmo, construi una pequeña canoa y a remar se ha dicho. Los primeros paquetes que empecé a “picar” fueron tidyverse y ggplot2
Navegando en el mar de R, donde diariamente aparecen increíbles y novedosos paquetes, ya en plena cuarentena, me encontré con blogdown y decidí entonces que era el momento de salir de la clandestinidad y comenzar mi existencia digital.
blogdown es un paquete para generar páginas web estaticas desarrollado por Yihui Xie con el apoyo de dos chicas superpoderosas: Amber Thomas y Alison Hill
Y por qué blogdown?
Ese cuento va en el próximo post!